viernes, 23 de abril de 2010

"Examina tus motivos"

Es vital comprender que sólo de nosotros es la responsabilidad de las circunstancias que nuestros actos y pensamientos concientes o inconcientes generan en nuestras vidas.


Hace poco leí en un libro de autoayuda la siguiente frase: “examina tus motivos”. Esta frase me impactó mucho. Con frecuencia actuamos movidos por impulsos que apenas conocemos. Encaramos situaciones de una forma a veces infantil e irresponsable cuando no somos lo suficientemente honestos como para examinar las razones profundas que nos impulsan a tomar decisiones, a reaccionar ante circunstancias o personas, a ver las situaciones a través de un cristal empañado por el resentimiento, el dolor, el miedo, la amargura…, por la necesidad de controlar, por la inseguridad. Actitudes que se pueden resumir en falta de valoración de nosotros mismos. Porque si reconocemos nuestra valía no necesitaremos de la aprobación y aceptación de los demás para hacer lo que nos toca, e incluso para aceptar que en ocasiones cometeremos faltas y que más que sentirnos culpables o miserables por eso, lo que mejor podemos hacer aprender de los errores y enmendarlos.

Examinar nuestros motivos es la forma más honrada de darnos la oportunidad de vernos tal como somos, sin culparnos, aceptándonos, y dispuestos a hacer lo que debemos para cambiar aquello que no funciona. Cuando examinamos nuestros profundos motivos, y nos hacemos concientes -desde el corazón, no sólo con la mente- de que cada uno es responsable de lo suyo, también tenemos la oportunidad de dejar a otras personas que desempeñen su propia función. En ese mismo libro leí lo siguiente: “No tengo el derecho de privar a nadie de cumplir con su propia responsabilidad”. Cuando asumimos la responsabilidad de otro, creyendo que con eso estamos ayudando, sólo estamos ratificando en esa persona su creencia de que no puede hacerlo por sí solo, y le quitamos la oportunidad de desarrollarse.